martes, febrero 21, 2006

Historiador es sentenciado a cárcel por negar existencia de cámaras de gas y ejecuciones masivas por los nazis

Precisamente en el momento en que se discuten los alcances de la libertad de expresión y opinión, un historiador ha sido sentenciado en Austria a tres años de cárcel por negar la existencia de de cámaras de gas como método de exterminio, en lugares como Auschwitz.

Llama la atención que aunque el autor de numerosos libros de historia, el inglés David Irving, ha reconocido que negar la existencia de ese método de exterminio en Auschwitz fue un error y ha señalado que nunca negó la muerte de millones de personas en el contexto del régimen nazi, su pena haya sido de tres años de cárcel. Aunque parece que gracias a estas declaraciones ha sido sentenciado a esa pena y no a diez años de cárcel, como se esperaba.

Por favor noten el tipo penal que dio lugar a la sentencia: se trata de una ley de 1992 que castiga a "quienquiera que niegue, minimice exageradamente, apruebe o trate de excusar el genocidio nacionalsocialista u otros crímenes nacionalsocialistas contra la humanidad en publicación impresa, emisora u otro medio" .

Una pregunta antes del vínculo ¿Qué pasaría en Chile con una ley como esa, respecto de los crímenes contra la humanidad que se cometieron aquí?

http://www.nytimes.com/2006/02/21/international/europe/21austria.html?_r=5&th&emc=th&oref=slogin&oref=slogin&oref=slogin&oref=slogin&oref=slogin

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lunes, febrero 13, 2006

On the road

"... la única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas" (Jack Kerouac, En el camino)

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domingo, febrero 12, 2006

Una invitación a ver las cosas desde otro prisma

El efecto de las caricaturas de Mahoma publicadas en un diario danés, ha producido algo así como "una tormenta en un vaso de agua" para quien vea, como la mayoría de nosotros, la cosa desde la cosmovisión occidental. Este domingo pude leer dos opiniones que proponen un prisma alternativo sobre el asunto; en la primera, Günther Grass, conocido y prestigioso hombre de letras alemán, autor del Tambor de Hojalata, cercano a las izquierdas y permio Nobel de literatura hace algunos años, nos invita a una visión menos europeocéntrica de las cosas y en la segunda, Joaquín García-Huidobro, Director de Estudios de la Unversidad de Los Andes, pese a un tufillo conservador, propone un interesante examen crítico de los verdaderos alcances de un "buen" liberalismo.

Ambos hacen en el fondo la misma pregunta: Las famosas caricaturas que insultaron el sentido religioso musulmán ¿Se justifican satisfactoriamente en la libertad de prensa e información que desde el siglo XX son un dogma de fe en occidente?

Revisen las interesantes columnas, haciendo click en los dos vínculos de más abajo.

http://www.latercera.cl/medio/articulo/0,0,3255_5714_188201523,00.html
http://diario.elmercurio.com/2006/02/12/reportajes/opinion/noticias/56F9A9D7-DDE5-4EE9-9445-242F201868B2.htm?id={56F9A9D7-DDE5-4EE9-9445-242F201868B2}

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jueves, febrero 09, 2006

La araña

Yo estuve muy cerca de una mujer que se declaraba infoadicta. Cuando dijo eso, era la primera vez que yo escuchaba la palabra, pero me pareció adecuado. Además me pareció muy bien que una mujer que estaba tan cerca de mí como estaba ella, estuviera interesada por el mundo que la rodeaba. En fin, yo creo honestamente que un ciudadano que se precie de tal debe estar al tanto de lo que pasa en el mundo que lo rodea. Las miserias empiezan desde que uno se desconecta de los demás y el mejor modo de hacerlo es no sabiendo que es lo que pasa alrededor.

Me alejé hace un tiempo de la mujer de la adicción a la información, y seguiría siendo un intransigente defensor del ciudadano bien informado, sino fuera porque que se me cayó el discurso y la intransigencia.

Llegué a su departamento y hablamos, nos contamos chistes de todos los tipos, nos reímos de pelotudeces, comimos rico, escuchamos música y dormimos. Nos besamos y nos lamimos, nos miramos y olimos, nos juntamos, como si tuviéramos todo el tiempo del mundo para hacerlo. No nos levantamos. Yo puse los despertadores temprano para sentir el placer de despertar y darse cuenta de que se puede volver a dormir, porque no hay nada que hacer. La desperté a ella para que sintiera lo mismo y nos quedáramos dormidos juntos. Fuimos al cine, no nos gustó la película, salvo que a mí me gustó la protagonista. Ella fingió estar celosa.

Seguimos comiendo rico y escuchando cosas buenas. Y seguimos en lo mismo, cada vez más juntos. Hasta que ella me dijo que estábamos exagerando.

No lo dijo como quien está dándose cuenta de que algo anda en verdad mal; lo dijo como quien nota que algo está muy bien, demasiado bien.

Dijo que si seguíamos así nos convertiríamos en una araña. No entendí. Suelo no entender a la primera cuado ella inventa cosas. La idea era que nos “mezclaríamos” y seríamos una sola entidad que, como una araña, tendría ocho extremidades. Me gustó lo que se le ocurrió.

Justo cuando decía eso, encontramos una posición en que por primera vez pude quedarme dormido abrazado sin morirme de calor. Así que tal vez, despertaríamos convertidos en una araña. Ella y yo como partes del mismo bicho.

Llegó el lunes en la mañana y tuvimos que partir en dos a la araña. Ella se quedó ahí y yo volví a ser un tipo medio triste y medio grave. Me subí a trenes, a buses, a aviones, leí diarios, escuché radios, vi televisores y trabajé. Cuando tuve tiempo de recordar de nuevo, me sentí feliz e incluso sonreí solo frente al espejo de un baño.

Me comuniqué con la ex de la adicción a la información, le dije que necesitaba una foto para tener memoria, como el gallo de la película Alta Fidelidad. Me la envió. La guardé. Pensé que a mi abuelo en sus tiempos, ese “me la envió” y “la guardé” le habría tomado unos cuantos días o tal vez unas semanas. Hoy las cosas son más rápidas. Bastaron unos botones y unos click y ella estaba en mis archivos personales.

Con mis compañeros de trabajo (todos ellos gente muy informada) debíamos preparar la reunión con un viceministro que tendríamos en un par de días.

- Yo creo que Pérez no va venir a la pinche reunión, debe estar muy ocupado. Dije.

- ¿Pero no sabes? ¡¡¡Pérez se fue al consejo, el nuevo viceministro es Wilkins!!!. Respondieron, mirándome con cara de señores serios.

Habían pasado cuatro días en que no había leído ni una página de prensa ni oído una sola palabra de noticias. Sólo había sido parte, con una mujer infinita, de un bicho que inventó ella. Sólo me había enterado de las cosas del mundo que ella inventó para nosotros y me di cuenta de que eso me mejoró la vida, de que sonreí solo frente al espejo y de que, al menos a algunas horas del día, cuando tenía tiempo de recordar, era feliz.

- No tenía idea. Respondí mientras sonreía.

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Las vidas privadas y la historia

Se ha publicado un libro sobre la historia de Chile desde la perspectiva de las vidas privadas. Resulta notable este campo pues permite ver algo que me sospecho se aparecerá en este libro: la fuerte diferencia entre la consolidación de ciertos triunfos o desarrollos del Estado Nación, al mismo tiempo que muchas vidas privadas se desarrollan lejos de los beneficios de esos triunfos. Bueno, para ver el artículo, hagan click en el link que sigue: http://www.elmostrador.cl/modulos/noticias/constructor/noticia_new.asp?id_noticia=180269&estHomepage=NoticiaDiaGratis

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